Leyendo la Biblia

La Biblia fue uno de los libros que más leí al crecer. Bueno, algunos de los libros que la componen, dado que la Biblia es un compendio de textos escritos por diferentes personas a lo largo de milenios.

Textos en la Biblia

El leer la Biblia me dejó claro que a través del tiempo nuestro entendimiento sobre Dios y el cómo las personas deciden vivir su vida acorde a este entendimiento no permanece constante a lo largo de la misma. Estas formas de entender y vivir evolucionan y cambian dentro de la Biblia en estos textos.

Esto es particularmente evidente cuando se comprara el Génesis con los Evangelios. El Génesis es el primer libro en la Biblia. Este describe la historia de la creación y del origen de la gente vista con ojos favorables por Dios, mientras que los Evangelios describen la vida de Jesús y su mensaje. En el libro del Génesis Dios es considerado como un ser lleno de rabia y enojo, falto de misericordia. Un contraste enorme con el entendimiento sobre Dios después del mensaje de Jesús, en el cuál Dios no es un ser que busca la venganza, sino quien ofrece amor a todos y perdón.

Al observar estas diferencias dentro de los mismos textos que componen la Biblia y al ver la insistencia en creer que se deben seguir de forma literal, me pregunto, ¿no habría nuestra comprensión de seguir evolucionando después de casi 2 mil años desde que se termino de escribir el último texto que la componen (el libro de las Revelaciones)? Milenios en los que hemos tenido tiempo de reflexionar sobre el mensaje de amor que compartío Jesús, un mensaje de aceptación, de un Dios bondadoso, misericordioso.

Al observar estas diferencias dentro de los mismos textos que componen la Biblia y al ver la insistencia de muchos en creer que se deben seguir de forma literal lo que en esta se dice, me pregunto, hoy, dado todo lo que hemos aprendido, vivido, ¿por qué deberíamos de vivir hoy igual como vivían en la época del Génesis o en la del libro de las Revelaciones (conocido también como Apocalipsis), escrito durante las persecuciones Romanas? ¿no habría nuestra comprensión de seguir evolucionando después de casi 2 mil años desde que se termino de escribir el último texto que la componen (el libro de las Revelaciones)? Milenios en los que hemos tenido tiempo de reflexionar sobre el mensaje de amor que compartío Jesús, un mensaje de aceptación, de un Dios bondadoso, misericordioso.

“Entre tanto un nuevo mandamiento os doy, y es: Que os améis unos a otros; y que del modo que yo os he amado a vosotros, así también os améis recíprocamente. Por aquí conocerán todos que sois mis discípulos, si os tenéis un tal amor unos a otros.” – Jesús dice a sus discípulos durante la última cena. Evangelio según San Juan Capítulo XIII.

Querido Dios by Nimo Patel feat. Nicco [Traducción de Colibrí Mágico]

Querido Dios, encontré mi camino de regreso a casa, encontré mi camino de regreso a casa.

Querido Dios, al crecer siempre recé diciendo tu nombre por lo menos 100 veces al día.

No te había conocido, no te podía ver, pero tenía mucha fe.

Gracias a mamá y papá por habernos hablado de ti desde chicos

Cuando crecí un poco, también lo hizo mi mente, la curiosidad convirtió mi escepticismo eventualmente. Comencé a cuestionar todos los rituales y pequeñas rimas.

De los libros sagrados decían que escribiste todas y cada una de sus líneas, pero como podía ser, pero eso me decían y aunque no estaba 100% seguro, confié en ellos. Así que me arrodillé, senté en silencio e incluso leí. Fui al templo y recé todas las noches antes de dormir.

Viendo hacia atrás no sabía en realidad que significaba realmente “rezar”. Me imagino cerrar mis ojos y hacer lo que los otros hacían, pidiendo cosas, como cualquier otro niño. Que interesante la relación que tu y yo teníamos.

Toma mi mano, toma mi mano, para que no camine solo. Llamo tu nombre, llamo tu nombre, no sé hacia dónde ir. Encontré mi camino, encontré mi camino, encontré mi camino hacia mi hogar y ahora soy tuyo.

Cuando llegué a la universidad recé mucho menos, excepto antes de comer, entendible, supongo. Ve no me era claro desde el principio quién eras realmente. Luego vi y escuché tanto miedo y todo se nubló. Creí que la religión debía ser pura y no mala, cuando vi a las personas usar tu nombre en vano, todo esto me entristecio.

Y eso era sólo el principio, mucho peor fue ver la segregación templos, mezquitas, iglesias, sinagogas, y tantas congregaciones distintas. Todas hablaban de tus evangelios, incluso colgaban tus pinturas, pero detrás de tu nombre, en lo obscuro asesinaban y difamaban. En lugar de amor, Dios, intolerancia, avaricia es lo que ha prevalecido. Santificando el marketing, pero vacíos en la fe.

Me harté, Dios, realmente no podía entender como todos tus hijos en tu nombre podrían atreverse a traicionar. Así que mantuve mi distancia y recé para que algún día conciliaras todo en mi corazón y me explicaras.

Toma mi mano, toma mi mano, para que no camine solo. Llamo tu nombre, llamo tu nombre, no sé hacia dónde ir. Encontré mi camino, encontré mi camino, encontré mi camino hacia mi hogar y ahora soy tuyo.

Cuando llegue a los treinta, Dios, las nubes comenzaron a despejarse. Las repuestas comenzaron a llegar y creo que escuchaste mi llamada, comenzaste a aparecer en todo, no sólo cuando había caído. Sino en cada pequeña bendición, comencé a sentirlo todo. El amor, la paciencia, al ángel en mi, al demonio en mi. Como todos somos pecadores y caemos, pero nos levantamos para convertirnos en santos. La humildad, la gracia, el aceptar todos los cambios. De pronto ser bondadoso comenzo a sentirse raro. Solías ser una estatua para mí, pero ya no más. Te veo más en el mundo que dentro de esas paredes, que dentro de esas puertas. Eres la madre naturaleza, el sol, el agua y la tierra. Mi enemigo, mi mejor amigo, lo que me pega más dentro. Más que nada eres mi maestro, para convertirme en una mejor alma. Que cae y se levanta de forma que en cada instante siga creciendo. Tu estás en mi, Dios, eres mi raíz más profunda. De la obscuridad a la luz, eres mi verdad interior.

Toma mi mano, toma mi mano, para que no camine solo. Llamo tu nombre, llamo tu nombre, no sé hacia dónde ir. Encontré mi camino, encontré mi camino, encontré mi camino hacia mi hogar y ahora soy tuyo.

Querido Dios, encontré mi camino de regreso a casa, encontré mi camino de regreso a casa, encontré mi camino de regreso a casa.

Querido Dios, encontré mi camino de regreso a casa, encontré mi camino de regreso a casa, encontré mi camino de regreso a casa.

Querido Dios, encontré mi camino de regreso a casa, encontré mi camino de regreso a casa, encontré mi camino de regreso a casa.

Querido Dios, encontré mi camino de regreso a casa, encontré mi camino de regreso a casa

Querido Dios.

On Gardens, Nature and Healing

“At one point I was visited by the temptation to use the theme of nymphéas [water lilies] for a decoration. Carried the length of the walls, enveloping the entire interior with its unity, it would attain the illusion of a whole without end, of a watery surface without horizon and without banks; nerves overstrained by work would be relaxed there, following the restful example of the still waters, and to whomsoever lived there, it would offer an asylum of peaceful meditation at the center of a flowering aquarium.”

– Claude Monet [1]

Claude Monet, Matin, entre 1914 et 1926, trois “panneaux”
à l’huile accolés sur toile marouflée sur le mur, H. 200 ; L. 1275 cm, 17180, 
© RMN-Grand Palais (Musée de l’Orangerie)/ Hervé Lewandowski

In his Water Lilies, Monet sought consolation from the loss of his second wife, Alice, and his eldest son, Jean.

Days and hours with his pond, surrendering to the ever changes of life.

“Do you really think that the excitement and ecstasy with which I express and fulfill my passion for nature simply leads to a fairyland?… People who hold forth on my painting conclude that I have arrived at the ultimate degree of abstraction and imagination that relates to reality. I should much prefer to have them acknowledge what is given, the total self-surrender. I applied paint to these canvases the same way that monks of old illuminated their books of hours; these owe everything to the collaboration of solitude and passion, to an earnest, exclusive attention bordering on hypnosis… I set my easel in front of this bit of water that adds a pleasant freshness to my garden; in circumference it is less than 200 meters and its image evokes the idea of infinity for you; you ascertain in it, as in a microcosm, the existence of the elements and the instability of the universe that changes from minute to minute under our eyes. ”

– Claude Monet [1]

Claude Monet, Matin, entre 1914 et 1926, trois “panneaux”
à l’huile accolés sur toile marouflée sur le mur, H. 200 ; L. 1275 cm, 17180, 
© RMN-Grand Palais (Musée de l’Orangerie)/ Hervé Lewandowski

[1] "Monet: Water Lilies (including 99 illustrations)", by Charles F. Stuckey. Hardcover, Park Lane, 1991.